Estrategias indígenas y políticas públicas durante la pandemia del COVID-19 en la Amazonía peruana: el caso de Madre de Dios
Pueblos indígenas y el aislamiento comunitario
A inicios de marzo, mientras el COVID-19 proliferaba en todo el mundo, diversos países comenzaron a normar para su población el distanciamiento social obligatorio, una situación nunca antes experimentada en esta magnitud, con estrictas cuarentenas domiciliares para frenar la expansión del virus. Por su parte, en la Amazonia, muchas comunidades apelaron al aislamiento total de su población, cerrando las fronteras comunales como estrategia para evitar que el virus entre a los lugares donde viven. Esta estrategia, que llamaré ‘aislamiento comunitario’, es una vieja táctica de los pueblos indígenas ante la llegada de nuevas enfermedades y peligros de poblaciones foráneas, la misma que mantienen desde hace mucho tiempo algunos pueblos que conocemos popularmente como ‘indígenas aislados’.
Este ‘aislamiento comunitario’ de las poblaciones amazónicas tiene claras conexiones con el ‘distanciamiento social’ aplicado en las ciudades en el contexto de la pandemia mundial de COVID-19 (Shepard, 2020). Sin embargo, es clave también considerar las importantes diferencias entre estas estrategias al momento de orientar las políticas públicas aplicadas a la región amazónica. Simplificando bastante, podríamos decir que el distanciamiento social busca mitigar la propagación del virus en poblaciones que ya conviven con él dentro de su comunidad, mientras que el aislamiento comunitario se orienta a prevenir el ingreso del virus a la comunidad en su conjunto. Como explica el médico especialista en pueblos indígenas, Douglas Rodrigues, tomando en cuenta la alta vulnerabilidad de las poblaciones indígenas amazónicas en su conjunto ante un virus como el COVID-19, el aislamiento comunitario es en estos momentos la mejor opción para contener la voracidad del virus en el seno de sus poblaciones (1).
La vulnerabilidad de la población indígena esta vez no se caracteriza por la falta de defensas a virus desconocidos (dado que este virus es desconocido por toda la humanidad), sino a la discriminación social sufrida históricamente por estos pueblos, donde la presencia del Estado suele ser en muchos casos inexistente o sumamente precaria. En este sentido, las carencias de atención en salud, la limitadísima disponibilidad de agua potable, los escasos medios de comunicación, sumadas a la conocida vulnerabilidad inmunológica de esta población, crean un contexto ideal para que el COVID-19 pronostique tasas de mortalidad incluso mayores a las que observamos en las ciudades más golpeadas por el virus.
De otro lado, es importante considerar que estrategias de distanciamiento social en las comunidades una vez entrado el virus son mucho más complejas de aplicar. Al afirmar esto no estoy pensando el problema en términos de prever una actitud poco disciplinada entre los pueblos indígenas para seguir las medidas de distanciamiento del gobierno. Me refiero más bien a una condición que nos recuerda la antropóloga brasileña Aparecida Vilaça en un reciente artículo (Vilaça, 2020), que se puede resumir en una frase: “las relaciones sociales indígenas son impensables sin la proximidad física”. Obviamente, la sola frase puede resultar de alguna forma generalizable a todos los humanos, pero a lo que se refiere específicamente es a la centralidad del cuerpo y las sustancias corporales en la construcción de las personas en las sociedades indígenas amazónicas, un tema ampliamente estudiado en las últimas décadas desde la antropología (Belaunde 2001; Gow, 1991; Seeger et. al ,1979 – por citar solo algunos estudios). Es decir, el hecho que en el seno de estas comunidades las actividades como compartir la comida y bebidas, intercambiar objetos personales o los actos de cuidado diario entre adultos y niños “son actos de cariño concebidos como constituyentes de personas saludables y plenamente humanas” (Vilaca, 2020). De esta forma, una vez que el virus entre en el seno de estas sociedades, tendría que ser mitigado a precio de perder lo que, según estas poblaciones, las constituye esencialmente como personas.
Con todo, si bien el aislamiento comunitario se presenta como la mejor opción en términos de prevención sanitaria para los indígenas amazónicos, hoy por hoy, el aislamiento no es una situación sostenible para la gran mayoría de comunidades indígenas. Es muy difícil para ellas aislarse de manera intempestiva en tanto desde hace muchos años están conectadas (y en ocasiones dependientes) de los mercados regionales y centros urbanos para conseguir herramientas, combustible, cartuchos e incluso alimentos envasados que no son más bienes exóticos, sino elementos básicos de la vida indígena contemporánea en las comunidades (Gow, 1991). Ni siquiera los indígenas denominados aislados, que rehúsan relaciones con otras poblaciones como forma de vida en condiciones ‘normales’, suelen mantener un aislamiento total. En palabras del antropólogo Eduardo Viveiros: ‘ningún pueblo es una isla’ (Viveiros de Castro, 2019).
Tal como menciona un notable pensador indígena peruano, Gil Inoach (2020), el mejor camino de las comunidades en este contexto debe ser la búsqueda de la mayor autosuficiencia posible del Estado y de lo que se denomina como ‘sociedad nacional’. Sin embargo, esto no es simplemente una decisión, sino un proceso que tomará su tiempo de acuerdo a la situación de cada comunidad. De esta forma, salvo contadas excepciones, actualmente el aislamiento comunal no puede darse fácilmente.
Desde que inició el Estado de emergencia, muchas comunidades han cumplido un aislamiento comunitario relativo que, si bien por un lado evita en buena medida el ingreso de foráneos a sus territorios, incluye también salidas de los propios comuneros a los centros urbanos para conseguir los bienes de primera necesidad, para acceder al pago de programas sociales, para trabajos eventuales, entre otros motivos. Esta situación hace que el virus pueda ingresar en cualquier momento a las comunidades.
Es básicamente el mismo riesgo que corremos en las ciudades cuando vamos a comprar al mercado y podríamos traer el virus a nuestra familia, pero con la diferencia que de ocurrir un contagio en una comunidad nativa este tiene gran probabilidad de extenderse rápidamente a toda una población altamente vulnerable. Más que una tragedia familiar, estaríamos hablando de una tragedia que afecta letalmente a poblaciones enteras.
En tiempos de emergencia nacional, con la enfermedad en su pico más alto en las ciudades de la Amazonia peruana y con uno de los sistemas de salud más débiles para afrontar la pandemia, parece adecuada una estrategia mediante la cual ciertos bienes puedan ser provistos con protocolos sanitarios para que su ingreso a las comunidades no implique también el ingreso del COVID-19. En este contexto, organizaciones indígenas han resaltado que apoyar la realización del aislamiento comunitario en las comunidades nativas es una tarea indispensable del Estado (2).
La aplicación del Decreto Legislativo N°1489: el caso de Madre de Dios
Sin dejar de reconocer buenas acciones del Estado en el contexto de la pandemia y que existen otras situaciones críticas que involucran población vulnerable, es evidente que el Decreto Legislativo N°1489 que orienta las acciones de protección de los pueblos indígenas publicado día 10 de mayo (luego de 56 días de asumido el Estado de emergencia en el Perú), ha llegado con suma tardanza. Existen otros artículos y pronunciamientos bastante claros respecto de este decreto (3), por lo cual no pretendo comentarlo en extenso en este texto. Pero pienso que es preciso tener claro un punto importante. Si bien su Artículo 4 ostenta el nombre de ‘estrategia para la implementación y ejecución de servicios y acciones para la protección y atención de los pueblos indígenas’, este Decreto en realidad no presenta una estrategia para ser aplicada en terreno. De hecho, lo que hace es brindar orientaciones y recursos para que estas estrategias sean elaboradas para los diversos contextos donde debe ser aplicada en base algunos componentes básicos: (i) respuesta sanitaria, (ii) control territorial, (iii) abastecimiento de bienes de primera necesidad, (iv) información y alerta temprana, y (v) protección de pueblos indígenas en aislamiento y contacto inicial (PIACI). De esta forma, lo que toca ahora es que diferentes sectores y niveles del Estado construyan espacios de articulación interna, así como con organizaciones indígenas y de la sociedad civil para implementar estrategias enfocadas en regiones específicas, que puedan ser efectivamente aplicadas en base al marco general que presenta este Decreto.
En el caso de Madre de Dios, poco antes de la promulgación de este Decreto, el Gobierno Regional convocó al “Grupo de Trabajo sobre Pueblos Indígenas frente al COVID-19 de Madre de Dios”, instando a la participación de autoridades regionales, del gobierno central, representantes de organizaciones indígenas y otras organizaciones de la sociedad civil. Este grupo de trabajo viene generando un espacio de articulación importante para el diseño de una estrategia regional en base al Decreto N°1489. Para ello, es clave el trabajo horizontal entre el Estado y las organizaciones indígenas, reconociendo la experiencia de actores como la Federación Nativa de Madre de Dios y afluentes (FENAMAD) para trabajar a favor de las comunidades de su región.
Asimismo, la participación plena de las organizaciones indígenas junto a las autoridades del Estado, debe ser complementada con la participación activa de otros actores de la sociedad civil, como ONG´s y organizaciones religiosas, quienes poseen importantes recursos a nivel de apoyo técnico y financiero. Es preciso resaltar que el presupuesto de 5 millones de soles otorgado al Ministerio de Cultura mediante este decreto es para todos los pueblos indígenas del país y es aplicable solo a parte de las acciones previstas en el marco del abastecimiento de bienes de primera necesidad, información y alerta temprana, y la protección de PIACI. La articulación con actores que puedan aportar constructivamente y canalizar fuentes de cooperación nacional e internacional es clave para la estrategia a implementar en Madre de Dios, sobre todo tomando en cuenta casos como el “Plan de abordaje a la pandemia del Covid-19 en pueblos indígenas” aprobado por el Gobierno Regional de Ucayali, en el cual el tema presupuestal ha sido la principal limitante para su adecuada ejecución (4).
Como aporte para la estrategia que definirá el “Grupo de Trabajo de Pueblos Indígenas frente al COVID-19 de Madre de Dios”, propongo a continuación algunos puntos que no están mencionados de forma explícita en el Decreto N°1489 y que podrían ser tomados en consideración. En primer lugar, si bien es entendible priorizar acciones de corto plazo en el marco de una emergencia sanitaria, también es importante considerar acciones que promuevan la seguridad alimentaria de las comunidades, en tanto sabemos que la pandemia tendrá efectos que se dejarán sentir a mediano y largo plazo. En el caso de Madre de Dios ya existen diversas iniciativas centradas en el papel del mejoramiento de cultivos y el cuidado integral de los bosques, para que provean de recursos aprovechados de manera sustentable por las comunidades indígenas. Esta puede ser una buena oportunidad para fortalecer estas iniciativas que se presentan más que nunca de urgente atención.
Asimismo, es clave considerar la importancia de atender a las otras poblaciones rurales en territorios amazónicos de forma articulada a las estrategias de protección de los pueblos indígenas. Más que abordar las estrategias a las comunidades indígenas como 'islas' en territorio amazónico, su protección pasa en buena medida por establecer un ‘cordón sanitario’ que incluya también los diversos tipos de población rural con las que comparten el territorio, estrategia pensada regularmente para las políticas de protección de PIACI. A mediano plazo este se configura como un horizonte más deseable, en tanto no es fácil mantener el aislamiento individual de cada comunidad por mucho tiempo.
Adicionalmente, es preciso considerar que, a diferencia del distanciamiento social aplicado en las ciudades (cuyo incumplimiento es punible), el aislamiento comunitario no se encuentra establecido explícitamente en este Decreto, ni en ninguna otra norma de gobierno. En este sentido, su funcionamiento dependerá en gran medida del compromiso de las mismas comunidades (y no solo de sus organizaciones representativas) para acatarlo de la mejor manera posible. No es solo una cuestión de informar a las comunidades las medidas a implementar por el gobierno, sino de llegar a acuerdos sólidos en base a comunicación horizontal, en donde las directivas comunales tengan desde un inicio comprensión clara de lo que proponen las autoridades, así como del papel que les toca jugar para el funcionamiento de esta estrategia. En este punto el papel de las organizaciones indígenas es de suma importancia.
Finalmente, teniendo en cuenta las grandes dificultades para aplicar la estrategia estatal educativa a distancia en las comunidades nativas, en la actualidad la educación escolar en estos espacios se encuentra en buena cuenta ausente y sin previsión de mejora, lo que significa una preocupación adicional para su población (5). Es obvio que la escuela no debe poner en riesgo las estrategias sanitarias para salvaguardar la vida e integridad de las poblaciones indígenas, pero tampoco es un tema que deba ser dejado sin atención. La Red Educativa Rural del Manu viene articulando diferentes actores del gobierno y de la sociedad civil vinculados al tema educativo, para establecer una propuesta adecuada a las comunidades indígenas en el ámbito del Parque Nacional del Manu (6). Articulaciones de este tipo podrían promoverse también para para adecuar estrategias a otras zonas de la región con presencia de comunidades nativas.
A la fecha las cifras oficiales en Madre de Dios arrojan 204 casos positivos y 4 muertes por COVID-19 (Fuente: GOREMAD). En tanto la debilidad del sistema de salud se muestra al contar únicamente con 2 respiradores mecánicos disponibles en toda la región (7). El 12 de mayo se confirmó en Puerto Maldonado el primer caso positivo proveniente de una comunidad nativa de Madre de Dios, se trata de la comunidad yine de Santa Teresita, ubicada en la parte baja del río Las Piedras, ruta de acceso hacia las comunidades colindantes a la Reserva Territorial Madre de Dios. En los siguientes días una brigada de salud viajó a la comunidad y realizó 24 pruebas rápidas, de las cuales al 18 de mayo se confirmaron 17 casos positivos más (8). En este caso tenemos que el 70% de los casos muestreados al interior de Santa Teresita dieron positivo, claro ejemplo del alto índice de contagio comunitario al interior de una comunidad nativa. De otro lado, el 14 de mayo se confirmó el primer caso en la localidad de Salvación, capital de la provincia de Manu, puerta de entrada al Alto Madre de Dios y el Parque Nacional del Manu.
Mientras el virus se acerca a importantes áreas de comunidades nativas y presencia de PIACI, es altamente probable que los casos positivos en la población indígena y rural comiencen a aumentar rápidamente. Consecuentemente, al quebrarse el cordón epidemiológico que significan las poblaciones sanas alrededor de los territorios de los PIACI, el riesgo de contagio para estos últimos aumenta de forma peligrosa.
Es cierto que Madre de Dios se ubica al día de hoy en una mejor situación en cuanto a casos positivos y fallecidos por COVID-19 a comparación de otras regiones amazónicas como Loreto y Ucayali, donde las cifras a este punto ya son desoladoras, ¿pero por cuánto tiempo más? Si todo marcha de acuerdo a lo previsto, se calcula que Madre de Dios puede tener finalmente una estrategia regional aprobada para la protección de los pueblos indígenas el próximo 22 de mayo, 68 días después de iniciada la emergencia nacional. Recalcar la tardanza con la que se ha actuado hasta el momento no es para señalar culpables, ni sugerir que es demasiado tarde para actuar, sino para resaltar que no se puede seguir perdiendo más tiempo para ejecutar acciones concretas y efectivas orientadas a la protección de los pueblos indígenas y las poblaciones vecinas a sus territorios. El notable pensador indígena brasilero Ailton Krenak ha dicho que los indígenas llevan 500 años resistiendo, que los que se tienen que acostumbrar a resistir son los demás (Krenak, 2019). Espero que en estos momentos las poblaciones de la selva encuentren las fuerzas necesarias para protegerse y continuar en su resistencia.
* Antropólogo peruano radicado en Madre de Dios. Candidato a Doctor en Antropología Social (Museo Nacional - Universidad Federal de Rio de Janeiro). Colaborador de la Plataforma Pueblos Amazónicos en la pandemia COVID-19.
Notas a pie de página (links)
(1) AMAZONIA REAL
https://amazoniareal.com.br/medico-sanitarista-diz-que-doencas-respiratorias-como-coronavirus-sao-viloes-do-genocidio-indigena/
(2) AIDESEP
http://www.aidesep.org.pe/noticias/pronunciamiento-que-la-accion-llegue-al-rio?fbclid=IwAR1CfIeTjsX3VidZKA3R9dZLVJr1it8d7O3XgoDa-WCM_iYWBBxg_0wDswg
(3) Notícias SER
http://www.noticiasser.pe/opinion/decreto-supremo-ndeg-1489-una-proteccion-insuficiente-para-los-pueblos-indigenas
(4) SPDA
https://www.actualidadambiental.pe/ucayali-aprobo-plan-regional-para-proteger-a-los-pueblos-indigenas-del-covid-19/?fbclid=IwAR2f8SHTF_xDFUdNdRQzQFyt9Jsald3fZjGBJWtjGwBMu5jVibIbpoK1X-c
(5) SERVINDI
https://www.servindi.org/actualidad-noticias/28/04/2020/pueblo-matsiguenka-se-moviliza-para-pedir-apoyo-del-gobierno
(6) Sociedad Zoológica de Frankfort.
https://peru.fzs.org/es/noticias/una-propuesta-educativa-virtual-para-los-estudiantes-indigenas-del-manu/?fbclid=IwAR1GmtjxMdq7tuzJQk_Iwk9yknPcUx4ob01Q7noatwgzRYC9Y9ZjIds6jdY
(7) Gobierno Regional de Madre de Dios
https://www.gob.pe/institucion/regionmadrededios/noticias/154666-madre-de-dios-cuenta-con-dos-respiradores-mecanicos-disponibles
(8) CAAAP
http://www.caaap.org.pe/website/2020/05/18/confirman-17-contagios-por-covid-19-de-indigenas-yines-de-madre-de-dios/?fbclid=IwAR3Bl2eh06Xhh8vAt9AmtcLZYCMBEfiGUQ50wmkJqgoPJ1gkcVJdqSpRpyQ
Bibliografía
Belaunde, Luisa Elvira. 2001. Viviendo Bien: Genero y Fertilidad entre los Airo-Pai de la Amazonia Peruana. Lima: CAAAP
Gow, Peter. 1991. Of mixed blood: History and Kinship in Peruvian Amazonia. Oxford Claredon Press.
Inoach, Gil. 2020. Las cuarentenas de Gil Inoach. Servindi (web: https://www.servindi.org/actualidad-cronica/23/03/2020/las-cuarentenas-de-gil-inoach )
Krenak, Ailton. 2019. Ideias para adiar o fim do mundo. Companhia das letras: São Paulo
Seeger, Da Matta & Viveiros de Castro. 1979. A Construção Da Pessoa Nas Sociedades Indígenas Brasileiras. Boletim do Museu Nacional Nova Série: Rio de Janeiro
Shepard, Glenn. 2020. Voluntary isolation in the age of coronavirus. Chakruna.net (web: https://chacruna.net/voluntary-isolation-in-the-age-of-coronavirus/)
Vilaça, Aparecida. 2020. A dupla ameaça aos povos indígenas. Instituto Morelia Salles (web: https://www.revistaserrote.com.br/2020/04/a-dupla-ameaca-aos-povos-indigenas-por-aparecida-vilaca/)
Viveiros de Castro, Eduardo. 2019. ‘Nenhum povo é uma ilha’ En: Cercos e resistências: povos indígenas isolados na Amazônia Brasileira. Instituto Socioambiental : São Paulo